EL ARTE DE NO HACER. Diálogos con Zhao Laoshi



-Maestro Zhao, en un texto denominado taoísta sobre El Arte de no Hablar, he leído: “Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión”.

EGOISMO

 



El Primer Ministro de la Dinastía Tang fue un héroe nacional por su éxito como estadista y como líder militar. Pero a pesar de su fama, poder, y salud, se consideraba un humilde y devoto Budista.

A veces visitaba a su maestro Zen favorito para estudiar con él, y parecía que se llevaban bien. El hecho de ser primer ministro parecía no afectar su relación, que parecía ser la de un venerado profesor y un respetuoso alumno.

Un día, durante su visita usual, el Primer Ministro le preguntó al maestro:

- ¿Su Reverencia, qué es el egoísmo de acuerdo al Budismo?

La cara del maestro se volvió roja, y con una voz condescendiente e insultante, le respondió:

- ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?

Esta respuesta inesperada impactó tanto al Primer Ministro que se quedó callado y furioso. El maestro Zen sonrió y dijo:

- ESTO, Su Excelencia, es egoísmo.


EL MIEDO A LA MUERTE

 

No es agradable pensar que tendremos que morir, pero si superamos nuestra renuencia a pensar en ello, y desarrollamos consciencia de la muerte, podemos protegernos del miedo y de la confusión mental que nos embargan cuando la muerte nos llega inesperadamente.

PRÁCTICA TAOISTA DE "LA SONRISA INTERIOR"





La Sonrisa Interior es una verdadera sonrisa dirigida a todas las partes del cuerpo, incluyendo los órganos internos y el sistema nervioso.

LO FUNDAMENTAL Y LO ACCESORIO




Un hombre se perdió en el desierto. Al cabo de unos días ya punto de morir de sed, vio que una caravana se acercaba. Como pudo, llamó la atención de los viajeros, que presurosos se dirigieron hacia el necesitado. Éste, con un hilo de voz apenas pudo decir:
-Aaaguaa...

GAYA, LA MADRE TIERRA.



La Tierra, ese ser omnipresente, resulta casi invisible para la mayor parte de los seres humanos. Estamos acostumbrados a la gran rutina de “vivir sobre la tierra”, y, más aún, “contra la tierra”. No vivimos “con la tierra”. Y estamos muy lejos de “sentir con la tierra”.