EL LIMON






El limón, la fruta que cura. Imprescindible en cualquier despensa, El limón une a sus numerosas propiedades medicinales una insospechada versatilidad culinaria.

Auténtico talismán de la salud, el limón es una fruta que no debería faltar en nuestras casas ya que posee un gran abanico de propiedades medicinales y culinarias.


Así, destaca especialmente por ser un alimento refrescante, remineralizante y alcalinizante, lo que puede resultar sorprendente porque, aunque externamente es ácido citrico, se transforma en sales alcalinas que neutralizan el exceso de acidez gástrica.

El zumo de limón tomado en abundancia, bebido con agua, en ensaladas o con zumo de naranja, ocasiona unos efectos altamente beneficiosos para el ser humano.


PROPIEDADES

Estimula el sístema nervioso y resulta muy indicado en casos de úlceras gastroduodenales, dispepsias e insuficiencias hepáticas y pancreáticas, siendo también magnífico para asegurar el buen funcionamiento del aparato digestivo, ya que regula y estimula las secreciones gastricas.

El limón posee asimismo propiedades bactericidas y antisépticas que permiten reforzar las defensas del organismo mediante una movilización activa de glóbulos blancos, lo que lo convierte en un eficaz preventivo de numerosas infecciones, de la gripe y de los resfriados en general.

Ejerce una función hemostática, es decir que, aplicado externamente, facilita la cicatrización de las heridas, picaduras de insectos, erupcines y uñas fragiles.

Tonifica y protege los capilares sanguíneos, fortalece las membranas celulares, tonifica el corazón y ayuda a disminuir la hipertensión arterial.

Para un tratamiento natural de la gota y del reúma, consiste en ingerir varios limones dos o tres veces al día.

El zumo de limón es el mejor depurador del hígado existente en la Naturaleza, exceptuando el ajo, pero debe utilizarse en forma correcta, mezclándolo con otros alimentos compatibles. Como tónico hepático, se recomienda beber, al levantarse, el zumo de un limón con un poco de agua caliente o tibia. De esta forma tambíen alivia la acidez de estómago; si se toma antes de ir a la cama, mejora los calambres.

El zumo de limón, mezclandolo con aceite de oliva y tomandolo en ayunas, ayuda a disolver las piedras de la vesícula.

Tomar zumo de limón junto con suplementos dietéticos a base de hierro o con alimentos ricos en hierro, aumenta la absorción de este mineral por parte del organismo.


COMO DEBE TOMARSE EL LIMON

*EL ZUMO DEL LIMON DEBE BEBERSE MEZCLADO CON ABUNDANTE AGUA
*EL ZUMO DE LIMON EN AYUNAS INMUNIZA CONTRA MUCHAS ENFERMEDADES

El zumo de limón debe tomarse, a ser posible, con el estómago vacío. En invierno se tomará menos cantidad que en verano, porque el aire frío retrasa la eliminación por medio del sudor.

Nunca debe combinarse con alimentos que exigen una digestión alcalina, como cereales, pan, mantequilla, verduras y proteínas animales.

La única manera de alterar esta regla sin peligro es mezclando el zumo de limón con los alimentos alcalinos antes de ingerirlos, dejando que transcurra un tiempo prudencial para que se efectúe una neutralización completa.

El zumo de limón es compatible con las frutas de naturaleza similar, aunque no es preciso que sean de naturaleza ácida.

El zumo de limón conviene tomarlo diluido en agua, puesto que solo es altamente corrosivo.

Un medio excelente para tomar el zumo de limón es exprimiéndolo junto con una naranja y absorver ambos zumos. El sabor de la naranja disimula el ácido del limón.

EL ESMALTE DENTAL

El limón deberíamos beberlo con una caña o enjuagarse después la boca con agua, porque en grandes cantidades daña el esmalte dental.

LA SANGRE DEL LIMON

Para aprovecharse de las ventajas que ofrece el uso de las frutas en reacciones ácidas, no es conveniente abusar de las que están ultrasaturadas.

Por ejemplo, muchas personas juzgan mejor consumir el zumo de limón puro, en vez de mezclarlo con abundante agua, que es en realidad como debe tomarse.

Tomándolo con agua se asegura una limpieza más perfecta desde todos los puntos de vista, tanto mejores por el agua de los vegetales, que en terapéutica es tal vez el mejor de todos los medicamentos.

Esto también puede aplicarse al zumo del tomate que, debido a la falsa creencia de que contiene mucho ácido oxálico (que en realidad es oxalato de cal y potasa) antes se prohibía a los reumáticos, artriticos y a los enfermos del hígado, el estómago y los intestinos, cuando el zumo de tomate es una verdadera panacea para tales casos.

En cambio, no podemos decir lo mismo del vinagre, que tiene su origen en las bebidas fermentadas, con gran cantidad de ácido acético del alcohol.

El vinagre contiene, además, acetatos de cal y potasa, enemigos del hígado, el sistema nervioso y el aparato digestivo por lo que lo prohíbe la medina naturópata.

El limón contiene, encerrado en células estancas, un liquido de naturaleza particular, compuesto de agua de vegetación (la savia de las plantas), el citrato y el clorhidrato de potasa orgánicas; es decir, sales vegetales donde el ácido cítrico es predominante; de azúcar natural -mucílago-, de una materia colorante y de un aroma especial.

PROPIEDADES DE LA CORTEZA DEL LIMON

No es solamente el zumo del limón el que tiene propiedades medicinales, sino que la corteza fresca de este fruto actùa como carminativo contra gases intestinales.

Es asimismo un tónico para todo el organismo, antiséptico y depurativo de los intestinos y de la sangre y un estomacal y un aperitivo por el principio amargo que contiene.

Si se consume entero un limón, con zumo, corteza rallada y pepitas machacadas, obra como un poderoso vermífugo (matalombrices intestinales).




VISCOSIDAD SANGUINEA

Una de las principales causas de muchas enfermedades a la que no se presta la debida atención, es la aparición de la viscosidad sanguínea (sangre espesa), y aún más grave, la aglomeración de serum sanguíneo.

El limón favorece esa fluidez de la sangre, gracias al ácido cítrico orgánico que contine, como sabemos, en gran cantidad.


Este ácido, combinándolo con la sosa y la potasa, que en el limón son sales vegetales, sales alcalinas que se pueden considerar como los mejores medicamentos para la viscosidad sanguínea, en la que el cronicismo puede ser temible por los efectos que puede originar esta semicoagulación. Una consecuencia de esta viscosidad es el infarto de miocardio.


La causa es idéntica para los que sufren mal de piedra (cálculos de riñón y reumatismo. Efectivamente, los uratos de magnesio y cal, al estar englobados por la albúmina en exceso en la sangre espesa, ésta aumenta de volumen y, por esto, al no poder circular por las venas estrechas y las diminutas arterias, se van acumulando con grave peligro para el organismo.


Así, la hipertensión, la paralisis, la angina de pecho y la afasia, obedecen a esta misma causa de la sangre viscosa o espesa, ocasionando casi siempre un paro de la circulacón en las zonas cerebrales donde están situados los “nervios animadores”, partiendo del bulbo raquídeo.


Sin embargo, todas estas enfermedades pueden curarse o aliviarse por medio del citrato de sosa o, mejor aún, el zumo de limón.

¿ PUEDEN CONSUMIRSE MUCHOS LIMONES AL DIA?


Si tenemos en cuenta que el limón es el rey de los frutos cítricos y el agente trófico más importante por sus innumerables e indiscutidas virtudes medicinales, llegaremos a la conclusión de que debe ingerirse en cantidades ciertamente apreciables.

Bien es verdad, dicen algunos, que a menudo se presentan crisis y molestias por la revolución que produce una dieta citríca en los órganos del cuerpo.
Esto, no obstante, se debe a la eliminación de las tóxinas acumuladas en la sangre por los años de vida y comidas antinaturales.


También se dice que el consumo de limón debilita, cosa totalemente falsa. Puesto que, por el contario, prepara el organismo humano para una mejor asimilación de los alimentos naturales que ingerimos.


Repecto a la cantidad de limón que debe o puede tomarse, ello depende de la enfermedad que se padezca y de lo que determine en cada caso el médico naturópata.


Por ejemplo un paciente hizo una prueba de tomar durante 8 días 30 limones diarios repartidos en tres tomas, y durante cuatro días siguientes 40 limones al día, continuando después con los seis limones diarios que habitualmente tomaba antes de empezar la cura, con el resultado de haberse recuperado totalmente y poder reanudar su vida normal.


Esto debe convencernos de que, ciertamente, pueden consumirse bastantes limones al día, siempre que ello se haga bajo vigilancia y consejo del médico naturista.


Asimismo, hay que recordar que los limones, como las otras frutas ácidas no combinan bien con los farináceos, con la leche, los dulces, pero sí con las verduras, las frutas oleaginosas y los huevos.


Fuente y leer más en: Casa Piá 

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