- Hijo, cuando me llegue la vejez, espero no estar
viviendo. Mientras viva, sigo generando y construyendo. La vejez me llegará
cuando no sea capaz de levantarme ni de comunicarme ni de convencer; para
ese entonces, cerraré los ojos, me despediré de los que amo, y me iré al otro
lado a esperarlos. ¿A qué llamas vida? ¿Estar respirando sentado en una silla
sin poderse valer? Eso no es vida.
Fuente: 4 grandes verdades
Fuente: 4 grandes verdades
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